domingo, 5 de julio de 2020

Personal shopper - Fabiana Peralta


La primera vez que vi a Casey Hendriks, sólo era un hipotético cliente para mí, un cliente guapo, instruido y guapo… guapo…
Perdón, posiblemente leer esa palabra reiteradamente está molestándote, pero créeme, cuando lo ves es lo único que puedes pensar, porque Casey es el hombre más guapo con el que me he encontrado en la vida, y mirarlo anula el resto de sus cualidades y derrite las bragas de cualquier mujer.
Pero… volvamos al principio, a cómo nos conocimos.
Mi padre me arrojó a los leones porque me negué a ceder a su voluntad, y para que recapacitara me quitó su ayuda económica, dejándome sólo un lugar en el que vivir. Debo ser sincera, me hizo reflexionar. Ahora sé que soy capaz de ganar mi sustento. No me dio un puesto en su empresa, pero conseguiré la independencia que él no espera que logre.
Volviendo a Casey, él representa a la mayoría de los ínfimos clientes de mi negocio, y no puedo arruinarlo; si lo hago, tendré que ceder a las exigencias de mi padre o morirme de hambre.
Aunque ya sabes lo que se dice… incluso los monos se caen de los árboles


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