El guerrero Wulf pensó que nada podía ser peor que ser torturado y contaminado por el Enjambre. Eso fue antes de que ordenaran su traslado a la Tierra para representar a la Colonia en un horror desconocido... un programa de telerrealidad humano. Una cita con la bestia es el nuevo programa más popular en la Tierra, pero salir con una docena de mujeres necesitadas no es lo que considera pasar un buen rato. Cuando su bestia se niega a mostrar el más mínimo interés en ninguna de las posibles compañeras del programa, sabe que debe elegir una o morir por culpa de su violenta fiebre de apareamiento.
Su bestia prefiere la ejecución que reclamar a alguien que no es su verdadera compañera. Wulf está resignado a su destino: un viaje sin retorno a Atlán, una celda de prisión y finalmente la ejecución. Era lo único honorable que podía hacer.
Hasta que una mirada y un dulce aroma femenino que ondea en el aire hace rugir a su bestia por una mujer que no debe ser suya.
Pero trata de decirle eso a su bestia cuando se transforma por completo en la televisión en vivo y una sola palabra sale atronadora de sus labios... mía.
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