¿Cómo mierda Abigail Lorente, la abogada más brillante del Bufete, experta en divorcios, termina casada casi por accidente con uno de sus clientes?
Peor aún, ¿Cómo logra un gilipolla, adinerado y tres veces divorciado, que me case con él? La respuesta es larga y difícil, solo sé que la vida era más fácil antes de que Derek Bravo entrara a mi oficina solicitando divorciarse por tercera vez de la esposa con la que tenía apenas unos meses casado, antes de que me invitara a trabajar con él en mi tiempo libre, antes de que hiciera un viaje con él y su equipo de trabajo, antes del video sexual que sacudió mi mundo, antes de embriagarme tanto que pensé que era una buena idea casarme con él en una capilla